Entre las Celebraciones Litúrgicas destacan las porpias del triduo sacro, todas presididas por el obispo de la diócesis. Aparte del contenido religioso que está en el origen de estos actos son solemnidades en las que se despliega un vistoso ceremonial, simbólico, visual y musical, todo ello entre los muros y bajo las bóvedas de la hermosísima Catedral. El Miércoles Santo por la mañana se celebra la Misa Crismal, con la asistencia de todo el clero diocesano, en la que se bendicen los óleos de los enfermos y de catecúmenos y se consagra el santo Crisma. El Jueves Santo por la tarde se oficia la Misa Estacional de la Cena del Señor (In coena Domini) con el lavatorio de pies. La tarde del Viernes Santo está reservada para la celebración litúrgica de la Pasión y Muerte del Señor. El Sábado Santo por la noche se celebra el acto litúrgico más importante: La Vigilia Pascual. Un momento realmente espectacular es la retirada, a los sones del Gloria in Excelsis Deo interpretado por el orfeón, del velo de la pasión del siglo XVI que, durante el triduo sacro, oculta el espléndido retablo mayor renacentista tallado por Juan de Juni y Juan Picardo.